Erase una vez en que una parejita de ancianos se hallaban en su casa, muy tranquilamente escuchando el sonido de los pájaros cantar y de las hojas de los arboles toparse entre si. Estos sin un mínimo de vileza oyeron el timbre sonar, era alguien a la puerta. No se sabia quien en verdad porque solo consultaban el nombre de aquel anciano. La abuelita bajaba las escaleras mientras oia con sigilo las voces de un par de hombres..., la mujer abrio la puerta y se encontro alli con 3 individuos de altura aproximada un metro 80 cm, quienes le dijeron el nombre de su marido y ella aguardó la calma, arrimó la puerta y subió en regreso de su amado. Pero un mínimo detalle pudo hacerlo todo y dejar en penumbras a esta pareja, los Hombres corriendo por las escaleras en busca de pánico, para poder sujetarlos y quitarles el derecho a la vida. Pero preferian antes, el sufrimiento, aquel que jamás podria faltar en el alma de enjendros de ese tipo. Le quitaron incluso hasta el aire poco que quedaba en esa habitación, los hirieron, los golpearon con tal fuerza que casi no podian respirar, fue tan mohína la situación que cuando se fueron ellos no querian saber mas nada, de... nada. Ni los medios iban a interferir, porque eso era lo que menos queriamos. Ellos son mis abuelos, el sufrimiento que ellos tuvieron multiplicado por infinita cantidad tendran los que le hicieron eso, los que jugaron con sus cuerpos como si fuera una pelea de boxeo. Si los agarro, preparense, porque estan muertos. Esa es mi garantía.