Estabas ahí porque todas las almas del lugar estaban felices. Y sabemos perfectamente que quien lo provocaba eras tu. Pero cual es la razon por la que tu no lo estabas? me gustaria poder ayudar, encontrar algo que te beneficie o algo que puedas gozar. Sin embargo, tu alma no estaba apagada, todo lo contrario ardía de fulgor y se notaba todo en tan solo tus ojos, esa mirada chispeaba como pino en plena navidad. Te hiciste a un lado cuando cruzaste tus ojos con otro par, los tuyos vislumbraban pasión, amor desolado. Desde ese momento no me dirigiste mas la palabra, entendi la razón pero era una daga para mi, muy profunda. Cuestión que decidí girar la cabeza y mirar para otra parte, pero todo me parecia de palo, astillaba. Lo que valía la pena esa noche eras solo vos, que lindo que te tenga para contarlo. Al menos valió el más tarde antes que el nunca. Cuando volví de tomar unos tragos ya no estabas, pero imaginé donde podrias haber estado, nada menos que en la alcoba, en un lugar posible de usurpar para tomar un poco de aire. Y ahí te encontré, no me animé a acercarme porque había un caballero ya a tu lado. Estúpido fui, lo sé, pero tenia mis motivos que no eran nada más ni nada menos que el aspecto agraciado de aquel ser que ni tan siquiera podia compararse con un dedo del mio. El ya estaba demasiado cerca de ti como para que pudiese hacer algo además. Sólo podía mirar o aún habiendo sido mas cobarde, escapar. No me perdi de nada, ni un minuto fuera de esa velada fantástica, al menos para ti. Mientras tu estuvieses contenta, yo lo estaría, sabia que no como tú pero al menos lo intentaba. Te paraste frente a él y te inclinaste como una bella dama radiante, se dieron un beso y hasta ahí llego. No quiero recordar más ya que empiezo a enfurezer, es cierto, no pude contenerme tanto y huí, asi es, como un cobarde. Pero logré lo que quería o no? y ahora te tengo, sin haber echo ningun mal a nadie, al menos no a nadie que no se lo mereciera. Y esa fue la triste historia con final feliz, al menos para mi. Aunque sinceramente, convengamos que tu también lo estás no es asi? Y ella respondió que no, que jamás tendría que haberme evitado, pero eso yo ya lo había superado. Ella día a día también lo habría hecho. Ahora estamos juntos, no necesitamos nada más para ser felices, ya que como nuestro amor, no hay otro igual. Somos una pareja agraciada y eso es lo que valoramos en esta vida, lo que valoramos ahora, sin vuelta atrás.