Se detuvo el tiempo. En el subte no tuve mejor idea que abrir la ventanilla en ese momento en que todo el frío recorría el cuerpo entero de todos los que nos encontrabamos ahí. Lo necesitaba, refrescar mi cabeza.. es entonces que acerque mi cara por la ventana y las rejas impedían que la saque por el recuadro del subte. Necesitaba pensar, esas paradas en las que yo estaría ahí dentro pensar en mi. Eso lo deseaba ya hacía un tiempo. También tomé el atrevimiento de salir del subte con mucha fuerza y que nadie a mi alrededor me moleste, sentirme única. Cuando tomé el colectivo pensé en hacer lo mismo y lo hice. La Av. Libertador estaba llena de autos y personas, los chicos preparados para ir a bailar y yo en el colectivo con mi mejor amiga y a la vez llamando al *111 para hablar con el servicio de mi teléfono con problemas. Los hombres no paraban de mirar a mi amiga y yo tapada hasta el cogote por el frío. Todo cesó, y se tranquilizó una vez que llegamos hasta el lugar donde miles de cosas volvieron a surgir.