Cuando sentía que el mundo estaba contra mi me daba cuenta que era egoísta de mi parte. Un acto bastante "inocente". Las cosas eran más peligrosas de lo que yo pensaba o creía y llamaba vida, las cosas podian ser muy jodidas y eso a mi no me habia llegado en lo más minimo. Absurda la realidad de creer lo que no es y de pensar que el mundo gira alrededor solo nuestro. Y si mi rebeldía se ponia en contra, podia ser mucho más brava la situación de ego. El mundo tiene tanto poder sobre nosotros, sobre nuestros actos y prejuicios, nuestras situaciones y elecciones. Maldita sea, porque no habré abierto la cabeza un poco antes por lo menos para darme cuenta de que lo que estaba viendo era sólo lo poco que podía espiar desde detrás de un antifaz. Las posibilidades eran tan remotamente nulas, que me cansaba y poco a poco me desgarraba la piel como acto consecutivo. Y la verdad jamás la veía jamás. Distinguir lo real de lo ilógico realmente estúpido porque había salido tan malcriada o tan poco valedera. Y la cuestión nunca iba a verla, porque no tenia esos ojos de atención y respeto, de reflexión y comprensión. Lo que era difícil de vivir, yo no lo estaba viviendo y jamás había agradecido eso, nunca me di el gusto, seguia desparramando egoismos por doquier. Un día ella se me cruzó y fue lo que me abrió uno por uno los ojos y me hizo entender a penas un poco más la realidad que estaba viviendo, lo que no dejaba que me muestren nunca o que tal vez no quería porque me lastimaria. Ella se lanzó sobre mi, no sabia bien si me estaba mirando o si miraba para mis costados, me abrazó aferrandose a mi como si fuera lo que nunca tuvo en la vida y siempre deseó. Tenía sólo 4 años ! una pequeña niña, tan chiquita, tan linda, su cabello era lacio y culminaba en unos delicados bucles pequeños, sus ojos color miel con verde, menuda esperanza para modelo ya que incluso su altura me llamaba la atención para su tan corta edad. No podía mantenerse parada, tenia sus momentos de equilibrio pero dependian de ella, que poco a poco se iba rehabilitando. Me había flechado con su abrazo, la senti tan cercana a mi, tan con ganas de expresar un millón de cosas, pero no hablaba, no podia, su cuerpo y funcionamiento se lo impedian (por el momento). Sabia que algun dia lo lograría y seria una estupenda mujer. Nothing is impossible for me. La veia a ella, y a sus compañeras, todas en ronda, sus madres a sus alrededores por precaución, una jalaba los pelos, la otra se babeaba, y la otra pequeña dormia, todas hermosas, no podia creer nada de lo que sucedia, una angustia enorme recorrió mi cuerpo pero a la vez me sentia feliz de estar en un lugar asi de aprender que la vida puede jugar malas pasadas pero que pueden superarse hasta en los peores casos. De una sola cosa me habia quedado segura, que la leucomalasia periventricular no prohibia la vida y menos el correcto desarrollo de esta.