Cuando de repente el mundo se te vino abajo te diste media vuelta y te fuiste. Insignificante actuación, para reflexionar en el medio de la soledad. Con la mirada tibia en la lluvia de aquella vitrina en donde las gotas caían sin cesar y no hacían más que revolotearse por las finas baldosas de la ciudad. Y cuanto mas se iba acercando la noche más lloraba. Mas era el miedo y la angustia por dentro que derramaba gotas a cántaros pero jamás paro de pensar en su sueño que de alguna manera en algún momento se cumpliría, sea tarde o temprano se cumpliría y ella lo sabría entender. No se como hace con su corazón para tener esa paciencia y esa pasión por la lucha. A veces pienso y quiero parecerme a ella, aunque quizás otras veces preferiría matarme. No es una personalidad de lo mejor ya que tiene sus cosas como cualquiera pero a ella se le sumaban muchas más. Era una persona que tenía un corazón noble pero que la nobleza era tanta que se olvidaba de su mundo y se preocupaba por su alrededor tanto tanto que hasta no podía mas con ella misma. La tristeza era grande y no tenía ni encontraba manera de sobrellevar eso aunque siempre alguna que otra solución encontraba. No importaba si fuese de su agrado solo importaba encontrar la solución. Estaba cansada y tampoco sabía de que manera continuar su vida, no tenía demasiados años y eso ya era una pena. Con todo el mundo que le faltaba por recorrer, que ya se sintiera triste y desilusionada. Sus fuerzas eran grandes pero estaba desgastada como un papel de lo que dicen: Raspe aquí. Tanto el desgaste que fue un mundo lleno de caídas, tropezones, resbaladizas, todo para caerse y ella sin embargo se levantaba con honor frente a ese pueblo intolerante ese pueblo que ya ni marchitaba. Ese pueblo, que la hacía crecer día a día desde niña.