Cambia, todo cambia, desde el mundo hasta las pequeñas cosas. Las pequeñas macanas que podemos mandarnos y las pequeñas travesuras de la gente que no para de cometer en todo momento. Extraño pero saludable, primer reencuentro con mis diecisiete años que no son de mi agrado. Primer satisfacción del día que se convierte en un sueño tan inesperado y loco que me da fuerzas y me anima cada vez un poco más. Mientras me asusto con el ruido de pequeñas tonterías sigo flasheando la vida que me sonríe a cada minuto aunque no se ni sabré como seguir.